
Hay días
en que la muerte te mira a los ojos,
días de lluvia,
donde los truenos son el sonido
y los relámpagos la luz del camino.
Dicen que tras la tormenta viene la calma,
no siempre es así.
Hay tormentas que no dan tregua,
tormentas de odio, maledicencia,
tormentas frías de desgarro y recelo.
Esas que no dan opción,
que lanzan rayos directos al corazón.
Bajo el aguacero, mis lágrimas te confunden,
no ves el dolor, no puedes percibir tanto miedo,
ante ti la fuerza de los elementos,
contra ti la furia del mundo enfermo.
La muerte te mira a los ojos,
tan cerca que hueles su aliento,
y ese mundo dañado
arremete contra tu cuerpo.
Golpea fuerte,
rompe, agrieta, desgarra,
resquebrajado y roto
caes a los pies de tu cama.
© Yashira 2020
Cuando la muerte te mira en los ojos bajas la mirada y seas docil...
ResponderEliminarSí, manouche, docilidad ante ella.
EliminarUn poema donde en verdad sientes ese halo que cubre el cielo gris, y no sabes donde meterte..
ResponderEliminarHas expresado la muerte en forma poética.
Un abrazo y feliz día.
Gracias Campirela, por pasar y comentar.
EliminarUn abrazo fuerte.
La muerte, que siempre está ahí al acecho, cuando se nos presenta cerca nos muestra nuestra insignificancia.
ResponderEliminarNo hay duda, ella siempre gana, a veces su generosidad nos permite una tregua.
EliminarSobrecogedor, Yashira.
ResponderEliminarAfortunadamente, hay también días que no son así. E incluso las tormentas acaban cansándose. Aunque parezcan eternas, no lo son. Espero que esa tormenta que inspiró estos versos te dé una tregua.
Un abrazo enorme
Gracias Alís, por tus palabras, por pasar y por comentar.
EliminarCada día hay una nueva oportunidad, como bien dices, no todos son así.
Un abrazo.
Me ha llegado muy hondo, porque he sentido muchas veces la muerte mirarme a los ojos, y también cogerme de la mano y de la cintura.
ResponderEliminarIntensos versos.
Un abrazo.
La muerte siempre nos ronda, ella es una compañera de por vida, no sabemos cuál será el momento de marchar con ella.
EliminarGracias por pasar y comentar.
Un abrazo Amapola.
en los chaparrones anímicos, hay que refugiarse y esperar a que pasen. a veces son exógenos (debidos a circunstancias externas), ya veces son endógenos (vienen de nuestros pensamientos y comeduras de cabeza).
ResponderEliminarbesos!
Si Chema, hay de todo. Lo importante es que pasen y pronto.
EliminarGracias por pasar y comentar.
Besos.
Hola Yashira, he llegado hasta tu casa, y me ha gustado mucho lo que he visto. Este poema me ha llegado muy hondo. Me parece magnífico. Con tu permiso, me quedo por aquí.
ResponderEliminarUn saludo
Un placer Camela que te quedes por aquí. Y agradezco de corazón tu comentario.
EliminarUn abrazo de acogida en mi mar.
Son días tristes e inolvidables, por desgracia.
ResponderEliminarUn abrazo.
La tristeza de algunos días es infinita.
EliminarUn abrazo Rafael, gracias por pasar y comentar.
Sí, hay días de esos, pero también de los otros. Lo importante es la suma de todos.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Toda la razón Juan Manuel, gracias a dios no todos son así.
EliminarUn abrazo agradecido por tu paso y comentario.