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Imagen tomada de Google |
El
mundo no espera nada de mí.
Sólo el
cansancio acude a mi encuentro.
Mis
piernas pesan, mis manos flojean,
Mis
ojos llorosos distinguen manchas borrosas.
Entre
las sombras vislumbro una luz,
Temerosa
no quiero acercarme, pero me atrae,
Su contacto
es tierno, sincero, amable;
Fundida
en ella mi cuerpo se relaja.
Hoy
tengo un mundo que me espera,
Un
mundo que aguarda feliz mi llegada.
El
contacto de mis manos, de mi piel,
Engrandece
su brillo y lo convierte en mi sensatez.
El
mundo no espera nada de tí.
Pero tú, mi mundo, me esperas a mí.
© Yashira 2013
No soy é, pero te doy mi mano para llevarte a un mundo de luz, de ilusión, para llevarte a mi nube y juntos volar.
ResponderEliminarGracias Saudades, si supieras que últimamente son las nubes las que me atraen, jaja, creo que en tu nube volaría feliz.
EliminarUn abrazo.
Me ha encantado Yashira. El mundo es nuestro y como tal debemos disfrutar de el, con lo bueno con lo malo, enriqueciéndonos como personas y disfrutando de todo lo que nos ofrece.
ResponderEliminarQue sigamos disfrutando de las cosas bellas que la vida nos va otorgando.
Un abrazo
Así es, el mundo tiene mucho para dar y son muchos los mundos pequeños que nos rodean y nos ofrecen incluso más.
EliminarUn abrazo María.
El mundo y nosotros, dos grandes misterios de la vida.
ResponderEliminarUn beso.
Somos un misterio por descubrir, tanto en nuestro interior como en el de los demás. Solo tenemos que ponernos en marcha.
EliminarBesitos amiga.
hermosa poesía querida amiga... con una parte triste y lóbrega y un final feliz... como debe ser... pues cada uno tenemos nuestro mundo... nuestro universo particular que es donde debemos encontrar la felicidad. un abrazo.
ResponderEliminarSomos mundos completos en nosotros mismos. Y las dudas a veces entran para resolver y despejar.
EliminarUn abrazo.
Muy sugerente.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias CDG.
EliminarUn saludo.
Nuestro mundo personal, es aquel que nunca debemos descuidar, aquel lugar donde sólo depende de nosotros ser felices.
ResponderEliminarPreciosas letras, Yashira.
Un enorme abrazo alado.