No es el frío el que hace temblar mi cuerpo
El que encoge mi ser
El que me entumece hasta casi desaparecer
Tus manos no me tocan
Tus labios no me besan
Tu piel
En otro tiempo tan mía
Hoy ya no perdona
El fuego se ha apagado
Y la voluntad enciende llamas
Se apoderan de mí
Consumen mis entrañas
Van devorando
Una a una
Cada mañana
La noche perpetua se instaló en la ventana
Ya no hay más perdón
Ni caminos en la montaña
Sólo quedan los restos
De un mundo que se estanca…
© Yashira 2015
Pues nada, si ese amor ya se acabó, hay que salir por ahí y buscar otro, que esta vida son cuatro días, y de esos cuatro tres los vivimos jodidos.
ResponderEliminarBesos Yashira.
Uy sí, demasiados son los jodidos, pero qué práctico te leo...
EliminarGracias por el consejo Rafa, besos.
sI UN AMOR SE TERMINA, SEGURO QUE LLEGA OTRO Y SE HA DE DISFRUTAR. uN POEMA PRECIOSO
ResponderEliminarUN BESITO
Gracias Marian, un placer leerte de nuevo por aquí.
EliminarUn abrazo.
No te puedes imaginar la de nuevos caminos que puedes tallar en la montaña, la de nuevos amaneceres que puedes encontrar, la de manos compañeras que te esperan en cualquier lugar. Cuando algo se apaga una nueva llama está a punto de comenzar.
ResponderEliminarBesos.
Toda la razón Sau, el estancamiento suele ser temporal. Cada nuevo día el amanecer nos regala todas las posibilidades.
EliminarBesos.
No siendo de poesía, yo, nada entiendo, he de reconocer que desgranas bien las palabras y el sentido que les das a cada una.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una vez más he de agradecer tus palabras, va siendo un verdadero placer ir encontrándote por aquí.
EliminarBesos.