El dolor es tán grande,
la soledad tán honda,
¿cómo puedes cambiar tanto?
Ayer todo te sonreía, te creías el dueño del mundo,
y mirabas al resto por encima del hombro.
¿Y hoy?
Hoy el desconsuelo anida en tu pecho,
hoy es tanto el dolor que no puedes respirar,
y la angustia oprime tu estómago.
Nadie ve tu agonía.
Y en tu soledad se mezclan todos los sentimientos,
todos tus sentidos alerta...
En una carrera sin control hacia la desesperación.
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